Ecuador.- El "Solitario Jorge", el último individuo que quedaba de la subespecie de tortugas gigantes conocida científicamente como Geochelone nigra abingdoni, murió sin descendencia.
La tortuga fue encontrada sin vida en la mañana del domingo en su corral por quien fuera su cuidador en los últimos 40 años, Fausto Llerena, según informó la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG).
Se estima que Jorge tenía más de 100 años, pero los científicos apuntan que murió a una edad considerada joven para su especie, ya que este tipo de tortugas puede vivir hasta 200 años.
"Las causas de la muerte de este individuo, se conocerán una vez que se realicen los exámenes médicos respectivos", informó la DPNG en su cuenta de Twitter.
Solitario Jorge murió sin descendencia pese a los intentos recurrentes de los científicos por que se apareara durante las últimas cuatro décadas.
Su muerte además pone fin a la subespecie de tortugas gigantes Geochelone nigra abingdoni. Por eso, su cuerpo probablemente se embalsame para conservarla para generaciones futuras.
Un icono de Galápagos
En 1972, pese a que se creía que su especie se había extinguido, un científico húngaro vio por primera vez a "Solitario Jorge" en la isla Pinta.
En aquel momento, la Dirección del Parque Nacional Galápagos puso en marcha un programa de reproducción para él.
Tras vivir 15 años con una hembra del vecino volcán Wolf, la tortuga logró aparearse en 2008, pero los huevos resultaron infértiles.
Después, compartió corral con otras hembras de la isla de Española, una especie genéticamente más cercana a la de Jorge que la del volcán Wolf, pero el programa no tuvo éxito pese a los constantes esfuerzos de un equipo de científicos ecuatorianos en colaboración con los de la Universidad de Yale.
Las noticias sobre este animal y sus dificultades para procrear hicieron que Jorge se convirtiera en un símbolo de las Islas Galápagos, que atraen a unos 180.000 visitantes anuales.
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